El joven miró el cartel de "se vende" y entró en la tienda. A los diez minutos vuelve a salir,contento y reluciente.Sin ni una bolsa.
Otro hombre decide entrar. Dentro hay una muchacha preciosa,tanto por su pelo como por su sonrisa que nublaría cualquier defecto.
-¿Qué precio tiene?
-Ninguno,no está en venta.
-¿Porqué?
-Se la llevó el chico de antes.
-Yo te pagaré más.
La joven negó con la cabeza.
-No podrá ni igualar ni sobrepasar su precio señor,con todo el respeto.
El hombre cuarentón no se daba por vencido,quería a la dependienta pagaría lo que fuera.
-Dime,al menos,¿por qué te compró tu sonrisa?
-Verá,señor,el joven me compró mi sonrisa con un beso y,a cambio,me dio su corazón.
El hombre salió de la tienda desesperado.Si ella no se vendía,nada más tenía importancia.
El joven volvería todos los días a la tienda,mientras que el hombre no pasaría ni por la calle.
Ella,a ella no la había podido comprar.
Todos aprendieron algo.
La joven dependiente que todo tiene un precio,pero que no tiene porqué ser el dinero.
El hombre que ni todo se puede tener,ni todo se puede comprar con dinero.
El joven que entró a vender que a veces un beso dice más que mil palabras.
Bien,soñadores y cazadores,espero que os haya gustado mi historia.Es más bien moralizadora y filosófica que otra cosa.¡Encantada de escribir!
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Un comentario me haría sonreír,me daría ilusión e incluso me saltaría el corazón,porque...todos tenemos algo por lo que vivir,¿verdad?
Acepta que todo viene y se va,con brevedad.
Un mordisquiito duulce *,..,*