Gente que se ha dejado llevar y ha suspirado,soñado,mordisqueado... **

Recomendaciones.

·Crónicas de un amor susurrado.Prólogo.Capítulos: 1 , 2 , 3 , 4 , 5. y 6(I).,6(II),7,8(I),8(II),8(III).
·El PORQUÉ Empecé Crónicas de Un Amor Susurrado,
Próximamente:
·Siempre sería esa chica del pelo Rojo.
El siguiente capítulo de Crónicas de un amor susurrado AQUÍ.

17 de mayo de 2013

¿ángel o demonio?

> Aria levantó la cabeza, para mirar a su Amiga y se llevó la mano a la frente, que estaba perlada de sudor, intentando mantenerse serena. Esta situación la desquiciaba.
-Me estás diciendo que sigues sin verlo..¿es eso?
La muchacha aún no podía creerlo, todas las cosas que había hecho se estaban quedando en nada ahora mismo, tenía valor lo que hacía otra persona antes que lo suyo. Lo peor era que se sentía impotente.
-Es que no entiendo qué tengo que ver, ¿qué quieres que vea?
Aria se llevó las manos a los labios y se los presionó con fuerza, dolida y frustrada.
-Ella no es quién crees-levantó la mano para dirigirla a la muchacha que tenía en frente, que permanecía en las sombras, observándolas.-Y no me molesta que te lleves con ella, que pases tiempo con ella, lo que me molesta es que me trates diferente a lo que la tratas a ella. En el mal sentido.
La Amiga levantó una ceja como solía hacer normalmente.
-Quieres que deje de llevarme con ella...-la joven no terminó la frase.
Pero Aria negó con la cabeza mientras se llevaba la mano al pecho, le estaba empezando a doler.
-No, lo que quiero es que no eches todo por tierra por un fallo, ya no me tratas como antes y he comprobado que ella es algo...Sobrenatural.
-¿Como qué?¿Alguna de tus absurdas historias que tanto inventas?-la joven siguió negando con la cabeza.
Aria se mantuvo firme, presionando cada vez más el pecho, que parece entumecérsele.
-Puede...-la miró fijamente.-últimamente te noto más rara, no soy la única que lo ha notado, así que no son imaginaciones mías,puede que te comportes con ellas de otra manera,pero conmigo ahora eres distinta.
Aria se llevó una de las manos que presionaba su pecho, ahora manchada, hacia la frente para serenarse, mientras procura continuar con lo que estaba diciendo,tragó saliva fuertemente.
-Me ocultas las cosas que piensas, para luego echármelas en cara, sabes que lo más importante para mí es la sinceridad y parece que la utilizas para hacerme daño.-suspiró y se apoyó en la pared, la otra joven la miró indiferente. Mientras que la que permanece en las sombras parecía tener una mirada perversa y una sonrisa que su amiga no podía ver.-Bien, tenía que decirlo.
La amiga  asintió  como si escuchara una misa sin comprender o,al menos, tan impasible como una estatua.¿Era eso lo que había pasado? Se habían cerrado tanto en algo que les venía tan grande... que ahora todo se había quedado así, frío, sin nada que recordar, sin nada bueno que recordar...
-No he escuchado tus acusaciones hacia ella, en ningún momento de la parrafada que me acabas de soltar.
Bien parecía que, aunque estaban cara a cara y todo de alrededor estaba tan oscuro como la mente de Aria, se estaban mandando mensajes, y cómo ella siempre sentía no leía ni entendía la mitad de lo que le decía.
Suspiró y miró a la muchacha que su  amiga no veía.
-No me importa que ella lo sepa, que sepa que te lo he contado,que esté presente o quizás no.-la frente cada vez le sudaba más y el dolor se acentuaba, miró sus manos, le quedaba poco tiempo.-Lo que importa es que ella es un Demonio.
La joven dejó de asentir y la miró confusa por un momento, luego rompió a reír.
-Ella ha intentado hacerte daño, y te he protegido, pero ya no voy ni puedo protegerte más, no soy un demonio, no tengo vida ilimitada y sangro, duele, duele todo esto.Sé que no lo entiendes, pero ten  mucho cuidado porque es lo que quería decirte.
La joven se había parado de pronto y se acercó a Aria, algo seria y preocupada.
-¿Se supone que te crees todo eso que me acabas de decir?-Aria tose un poco-Aria,estás muy pálida, todos esos nervios y tensiones, esos malos ratos que te has llevado por cosas que no nos incumben, cosas que no son nuestras, no te está sentando bien..-Aria se dejó llevar hacia atrás, dejándose caer por la pared.
-¿Aún no lo ves verdad?Soy un ángel negro, puede que te haga daño, pero no soy como esos demonios que  no sienten nada, quizás solo odio, envidia e incluso indiferencia hacia lo que somos,pero para nada amor, y como mucho menos, amistad.Yo soy un ángel negro, hija de la Estirpe de Lucifer,no directa, pero cercana.
Suspiró y volvió a tragar saliva, le costaba respirar.
-Y  no he querido hacerte daño con ninguna de las cosas que he hecho, aunque lo pareciera, solo quería ser buena amiga.Hasta que elegiste sin tener que elegir y supe, por tu cambio de trato que no había sido a mí.-Aria notaba los cabellos dispersados por su cara, cada vez más sudorosa, y cómo el vestido se iba manchando de lo que estaba intentando ocultar.
-Aria,¿de qué hablas?Yo te trataba como siempre..
La joven negó con la cabeza mientras el vestido blanco se iba confundiendo con un color rojo, el de la  sangre,más oscura porque era un ángel negro.
-No, no lo hacías, supongo que sería porque me tenías que ocultar cosas para no hacerme daño, pero me hacías más ocultándomelas y actuando a mis espaldas, admito que debería dejarte claro que no volvería por mucho tiempo que pasara, pero compréndeme no podía seguir ahí....Pensaba que me comprendías, pero he acabado viendo que no.Soy yo siempre la que tengo que estar encima, siempre dando... y nunca es suficiente.-Aria tosió de nuevo y suspiró después, le quedaban menos de unos minutos.-
Aria notaba su mente cada vez más ligera, pero debía seguir advirtiendo a su amiga.
-Solo quiero que sepas que los demonios no sangran, pero se desvanecen  cuando haces algo que no se esperaban y que,desprevenidamente, les causa dolor, tanto que no pueden soportarlo y se dejan llevar por la marea..-Aria ya se sentía que estaba delirando.-Solo te he protegido por que ella ha intentando hacerte daño, no sé si suponía que me lo iba a hacer a mí porque te protegería pero me he cansado...ya no puedo tirar de todo esto-Aria apoyó la cabeza en la pared y suspiró,cerrando los ojos, esperando encontrar una paz para su tremenda tortura, echaba de menos de dónde había salido, de la causa de la adicción que ahora estaba teniendo que afrontar. Pero no se quedaba ahí, estaba ese dolor, ese que le estaba encharcando el vestido tornándolo sucio y difícil de mirar sin ponerse mala, que la que la estaba matando por dentro.

Cuando conseguía olvidarlo todo,  hacía falta un recuerdo feliz, o todo lo contrario para que se le hiciera el camino una terrible cuesta hacia arriba y con mucha pendiente.
"Incluso aun cuándo duermas, mantén tus ojos abiertos"
Aria,abrió los ojos, y vio a su amiga, sentada al lado, hablándole, examinándole el vestido, preocupada.Pero ya era demasiado tarde,ya no tenía arreglo, o eso creía.

-No....tengo que decirte nada más.-dijo incapaz de escuchar lo que su amiga le estaba diciendo-No puedo más, no sé si esto ha sido una amistad o simplemente compañeras...Pero quise ser tu amiga, una buena amiga, con todas mis fuerzas, y ahora solo me siento todo lo contrario, pero no importa... ya no importa...-la voz de Aria acabó rompiéndose y ella cerró los ojos.
Ahora se encontraba en una oscuridad lejana, con el abismo por delante, debía decidir, o caía o se levantaba desde donde estaba por mucho que le costara.
La decisión era un tanto difícil, ¿iba a ir por lo fácil y a rendirse después de haber llegado tan lejos?No podía volver a lo que estaba haciendo antes, que era lo que le había causado estar tal y como estaba ahora. Pero Aria levantó la cabeza,decidida, mordiéndose el labio. No podía rendirse, no iba a hacerlo.
Aria sabía, que si podían ayudarla o no, la persona que estaba con su amiga y la chica de la oscuridad, había muerto, y con ella todas sus esperanzas, ahora solo le quedaba volver a ser la persona que era antes, y superarlo todo aunque doliera mucho, aunque tuviera que parecer fuerte y no contarle a nada por lo que estaba pasando.
***
-Aria,cariño, ¿estás bien?-la voz de su madre la sacaba de las sombras, sabía que no iba a poder aferrarse a ella siempre, pero por un momento le pareció como un bálsamo salvador y se dejó acoger por ella.-la bala se alojó en una de tus pequeñas y negras alas, y te hizo perder mucha sangre, pero te recuperarás.-notó la mano de su madre acariciándole el cabello.
Aria asintió aún dolorida, el dolor no estaba ahí fuera, el dolor seguía dentro y ella sabía que iba a estar bastante tiempo ahí, comiéndola por dentro, pero sobreviviría.Contaba con ello.
-Necesito... un abrazo.- comenta sin fuerzas, y le sonríe un poco a su madre.
-Está bien hija, intentaré no hacerte daño.-la muchacha notó las suaves manos de su madre apretándole la espalda, la hija que llevara rara un largo tiempo y que trataba mal a sus familiares.
Cuando su madre la abrazó, ella empezó a llorar sin controlarlo y, aunque sentía un poco de dolor en la espalda, no le importó, su madre nunca intentaría herirla, solo ayudarla.
E iba a seguir adelante, lo necesitaba por todas las personas que ahora iba a dejar atrás, por todas las personas que dejaría, tanto por el bien de ellas como el suyo propio...
Y lo más importante, nunca se rendiría.
 Aria, el ángel negro de cabellos rojos.

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Un comentario me haría sonreír,me daría ilusión e incluso me saltaría el corazón,porque...todos tenemos algo por lo que vivir,¿verdad?
Acepta que todo viene y se va,con brevedad.
Un mordisquiito duulce *,..,*